ZENIT, 12 de febrero de 1998
EL MUNDO VISTO DESDE ROMA
 
 
SUMARIO

 

¿POR QUE SE OPONE JUAN PABLO II AL USO DE LA FUERZA EN IRAQ?
Las armas no solucionan las causas del conflicto y tienen efectos desproporcionados

LA SANTA SEDE RESPONDE A LA LIBERACION DE PRESOS CUBANOS
Aunque todavía son muy pocos, el Vaticano considera que es un gesto que da esperanza

LOS DERECHOS HUMANOS NO HAN ENTRADO A LAS CARCELES CUBANAS
Amnistía Internacional y Pax Christi denuncian malos tratos a los prisioneros políticos

CAMPAÑA DE EDUCACION SEXUAL EN LAS ESCUELAS FRANCESAS
En colegios se han colocado distribuidores de preservativos para los adolescentes

 


¿POR QUE SE OPONE JUAN PABLO II AL USO DE LA FUERZA EN IRAQ?
Las armas no solucionan las causas del conflicto y tienen efectos desproporcionados
 

CIUDAD DEL VATICANO, 12 feb (ZENIT).- Al igual que en el conflicto del Golfo de 1991, la voz de Juan Pablo II se ha alzado de nuevo contra el uso de las armas como medio para solucionar la crisis. En aquella ocasión el pontífice hizo 46 pronunciamientos en contra de la intervención bélica. Su voz fue como la del profeta que clama en la «tormenta del desierto».

Ahora, el Santo Padre ha vuelto a hacer escuchar su palabra: «La misma situación existente en Iraq y en toda la región de Oriente Medio nos enseña que los conflictos armados no resuelven los problemas, sino que crean mayores incomprensiones entre los pueblos», denunció el 8 de febrero pasado.

En esta semana, la diplomacia vaticana ha movilizado todas sus energías para tratar de evitar lo peor. El encuentro entre el ministro de asuntos exteriores ruso Primakov y su correspondiente vaticano, monseñor Tauran, sirvió para afrontar con detenimiento la crisis del Golfo y reafirmar que con la guerra todo se pierde. Todas las cancillerías del mundo han tenido la posibilidad de saber que el Vaticano rechaza enérgicamente el recurso a la fuerza.

Posición imperturbable

La Santa Sede sigue haciendo suya la denuncia que lanzó a través de «L'Osservatore Romano» el 20 de enero de 1991, tres días después de que comenzaran los ataques contra Iraq: «La guerra nunca ha restablecido definitivamente el derecho; la guerra nunca ha restablecido el respeto pleno de la dignidad de los hombres, de los pueblos, de las naciones. En último análisis, la guerra siempre es una derrota. Es una masacre inútil y una mutilación del curso de la historia. Es una derrota incluso para quienes creen que son los eventuales vencedores».

La posición del Santo Padre en el conflicto del Golfo se ha mantenido siempre imperturbable. Ha denunciado con claridad y firmeza las violaciones del derecho internacional y de las resoluciones de la ONU cometidas por Sadam Hussein: «se ha asistido a la invasión armada de un país y a una violación brutal de la ley internacional…; son hechos inaceptables», había dicho ya en el 91. Ahora bien, la respuesta a las provocaciones de Sadam plantea dramáticos interrogantes morales.

El catecismo en el número 2314 condena la posesión y uso «de armas científicas, especialmente atómicas, biológicas o químicas» por su capacidad de destrucción indiscriminada.

Las condiciones de la legítima defensa

El «Catecismo de la Iglesia Católica» explica, en el número 2309, cuáles son las condiciones estrictas de una «legítima defensa mediante la fuerza militar». Este concepto es conocido también con el nombre de «guerra justa».

Para poder utilizar las armas, se requiere ante todo, «que el daño causado por el agresor a la nación o a la comunidad de naciones sea duradero, grave o cierto». Esta condición se daba en 1990, cuando Iraq invadió Kuwait. Por el contrario, en esta ocasión no nos encontramos ante una invasión, sino más bien ante una provocación. No se trata verdaderamente de una guerra en legítima defensa.

En segundo lugar, el Catecismo exige «que todos los demás medios para poner fin a la agresión hayan resultado impracticables o ineficaces». El Papa está convencido de que todavía no se han agotado todos los recursos que ofrece la presión diplomática. Para que sea eficaz, necesita que involucre a pleno título a los países vecinos de Iraq y a la comunidad árabe que es quien mejor puede ejercer presiones sobre Bagdad. La Santa Sede considera que el embargo total sólo ha servido para afianzar a Sadam Hussein en el poder y provocar tragedias humanas entre los más débiles.

En tercer lugar, toda intervención armada requiere «que se reúnan las condiciones serias de éxito». Este requisito plantea varios interrogantes: ¿para qué servirán los bombardeos? ¿Mantendrán a Sadam en el poder como en 1991? Y, si se busca la desaparición política de Hussein, ¿no le sucederá otro líder fundamentalista que podría sublevar a un pueblo humillado? El obispo de Roma está convencido de que «la paz obtenida con las armas no hace nada más que preparar nuevas violencias» y; sin embargo, deja «intactas las causas profundas» del conflicto.

Por último, la doctrina de la Iglesia pide «que el empleo de las armas no entrañe males y desórdenes más graves que el mal que se pretende eliminar». Aquí nos encontramos ante el drama más grande de esta crisis. Los modernos ingenios militares han impreso a la guerra un dramático carácter «sangriento». El Santo Padre pide que se tengan en cuenta todas las «consecuencias ecológicas, políticas, económicas y estratégicas, de las que quizá no podemos valorar todavía a la gravedad y alcance».

En 1991, la coalición internacional sufrió 235 bajas, mientras las estimaciones de pérdidas iraquíes oscilan entre 50.000 y 500.000 personas, dependiendo de la fuente de que proceda el cálculo y el interés en minimizar los efectos de los bombardeos sobre la población civil, y la destrucción del 70% de sus carros de combate y artillería. Días antes de que los aviones aliados bombardearan Iraq, el Papa se preguntó: «Además de los soldados, ¿cuántos civiles, cuántos niños cuantas mujeres, cuantos ancianos serían víctimas inocentes de una catástrofe semejante? ¿Quién puede prever las destrucciones y los daños ambientales que se causarían no sólo en aquella área?». Siete años después, esta pregunta sigue sin respuesta.

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LA SANTA SEDE RESPONDE A LA LIBERACION DE PRESOS CUBANOS
Aunque todavía son muy pocos, el Vaticano considera que es un gesto que da esperanza
 

CIUDAD DEL VATICANO, 12 feb (ZENIT).- «Ciertamente es muy poco, pero es un signo. Esperemos…». Así ha reaccionado el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano ante la noticia que asegura la puesta en libertad de siete disidentes cubanos.

El purpurado italiano añadió: «Si las noticias son exactas, tenemos que alegrarnos, pues es un signo de que la palabra del Papa no ha caído en vano. Se alegrará el Santo Padre y se alegrarán de modo particular los cubanos».

La alegría de la noticia no escondía una cierta desilusión. Mientras acompañaba a Juan Pablo II en su viaje a Cuba, el cardenal Sodano entregó al secretario del Consejo de Estado cubano, Carlos Lage, una lista con los nombres de más de 300 detenidos por motivos de libertad de conciencia. Dado que el régimen no reconoce que en las cárceles existen prisioneros políticos, la Santa Sede pidió que acogiera la petición como un gesto humanitario.

Hoy el secretario de Estado ha revelado a través de un comunicado que el número de los liberados ya es superior. El texto habla de «varias decenas de personas que aparecen en la lista entregada a las autoridades cubanas el 22 de enero pasado». Al mismo tiempo, reconoce que el régimen sigue analizando otras peticiones de libertad.

Dado que la respuesta de La Habana a la petición del Vaticano todavía es demasiado lenta, el gobierno cubano ha anunciado a la Secretaría de Estado de la Santa Sede que también han puesto en libertad a «un significativo número de detenidos por diferentes motivos» que no aparecían en la lista.

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LOS DERECHOS HUMANOS NO HAN ENTRADO A LAS CARCELES CUBANAS
Amnistía Internacional y Pax Christi denuncian malos tratos a los prisioneros políticos
 

ROMA, 12 feb (ZENIT).- Según revela el último informe de Amnistía Internacional, en las cárceles cubanas hay al menos 600 prisioneros por motivos de libertad de conciencia. Un informe de Pax Christi, que cita fuentes de la oposición interna, considera que su número oscila entre los 3 y los 5 mil.

El mismo informe de esta organización católica que lleva por título «Cuba: la realidad detrás del símbolo» pone en evidencia las condiciones inhumanas de las 514 cárceles de la isla. En ellas se practica la tortura física y psicológica, la alimentación es insuficiente, la falta de asistencia sanitaria es total, y el índice de mortalidad demasiado elevado.

Según Amnistía Internacional los procesos judiciales por motivos políticos o en los que se prevé la pena de muerte son sumamente preocupantes, en especial, por lo que se refiere a la posibilidad de servirse de un abogado defensor.

En particular, la organización humanitaria internacional se detiene a analizar los duros tratos que ha impuesto el régimen castrista a los miembros del «Concilio Cubano» --una coalición libre de grupos no oficiales entre los que se encuentran políticos, defensores de los derechos humanos, abogados, y organizaciones femeninas--. Muchos líderes y activistas del Concilio Cubano, que nació con el objetivo de obtener cambios políticos a través de medios pacíficos, han sido encarcelados de manera arbitraria.

Muchos disidentes sufren restricciones de libertad de movimiento, que van desde la simple prohibición de visitar algunas zonas de la isla (para periodistas independientes y defensores de los derechos humanos) hasta la detención y condena por delitos como la «falta de respeto». Amnistía Internacional registra un notable aumento de las presiones que sufren los disidentes y prisioneros políticos para inducirles al exilio.

Son también frecuentes los casos de malos tratos tanto durante el arresto como durante la detención preventiva en las estructuras de Seguridad del Estado, en las oficinas de policía y en las prisiones.

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CAMPAÑA DE EDUCACION SEXUAL EN LAS ESCUELAS FRANCESAS
En colegios se han colocado distribuidores de preservativos para los adolescentes
 

PARIS, 12 feb (ZENIT).- El gobierno francés se encuentra preparando en estos momentos nuevas campañas de información sexual. Forman parte de un programa que lanzó hace ya dos años el anterior ejecutivo al constatar que estaba disminuyendo el uso de anticonceptivos en el país galo. Estas iniciativas tienen como principal objetivo muchachos de 14 a 15 años. En algunas escuelas se han instalado distribuidores de preservativos para los estudiantes. Están basadas en una filosofía que reduce la vida afectiva a técnicas de encuentro sexual.

Numerosos padres de familia, heridos por los contenidos que reciben sus hijos en las escuelas, han pedido a la Iglesia y a organizaciones católicas que ofrezcan alternativas a esta filosofía educativa. En respuesta a este movimiento popular y convencidos de que un país como Francia no puede quedar atenazado por la imposición de un pensamiento único («pensée unique») promovido y financiado por el Estado en las escuelas, la revista «Il est vivant!», dirigida por miembros de la Comunidad del Emmanuel, ha lanzado un número especial que lleva por título «50 preguntas sobre la Vida y el Amor».

El opúsculo analiza con lenguaje moderno y sencillo los interrogantes más comunes que plantea a la gente de la calle las propuestas del amor cristiano. «Il est vivant!», que ya ha tirado más de 100 mil ejemplares de este fascículo, se propone repartir 500 mil ejemplares entre las familias y escuelas que lo pidan. Para que los muchachos puedan consultarlo, numerosas familias están ayudando económicamente para que la distribución pueda ser gratuita.

La Conferencia Episcopal Española también ha manifestado el deseo de distribuir este fascículo en castellano.

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