Con Oziel Cárdenas, sucesor de García Abrego, el cártel del Golfo recobra fuerza

Con Oziel Cárdenas, sucesor de García Abrego, el cártel del Golfo recobra fuerza
Luciano Campos Garza y Ricardo Ravelo
REYNOSA, TAMPS – A pesar de los esfuerzos de la Procuraduría General de la República (PGR) por desmembrar al cártel del Golfo, esa organización criminal que encabezó Juan García Abrego recobra fuerza, ahora bajo la conducción de Oziel Cárdenas Guillén, exagente de la Policía Judicial Federal (PJF)
A su corta edad —tiene 35 años y es pasante de veterinaria—, Oziel Cárdenas dio muestras de su poder al obtener la protección de la delegación de la PGR en Tamaulipas, encabezada por el coronel Carmen Oralio Castro Aparicio, quien fue encarcelado en abril último, por homicidio y narcotráfico, con ocho de sus principales colaboradores

A los funcionarios de la PGR se les acusó del asesinato de Jaime Rajid Gutiérrez Arreola, comandante de la PJF, y de estar vinculados a Oziel Cárdenas en el negocio de las drogas
Como nueva cabeza del cártel del Golfo, Oziel Cárdenas ya es buscado por la DEA —incluso en territorio mexicano —, pues es considerado como el sucesor de García Abrego
Sin embargo, para el procurador Jorge Madrazo, el cártel del Golfo está desarticulado y Oziel Cárdenas no tiene el perfil ni la capacidad para dirigir una organización criminal
El sucesor
De acuerdo con informes de la PGR y de la DEA, Oziel Cárdenas inició su carrera delictiva a los 22 años de edad como miembro de la Policía Judicial Federal (PJF)
Hasta hace pocos años era un policía que participaba en retenes de revisión organizados por la PJF en ciudades como Miguel Alemán, Reynosa y Matamoros
Paralelamente a esa actividad, se dedicaba a hacer “la tarea sucia” de los agentes Según fuentes de la PGR consultadas en Matamoros por Proceso, Oziel Cárdenas “era un personaje menor, una figura secundaria en el mundo del hampa que se encargaba de escamotear cargamentos de droga para repartirla entre sus jefes superiores”
Pocos años después se ligó a Salvador Gómez Herrera, El Chava Gómez, exinvestigador de la Policía Ministerial de Tamaulipas —fue cesado en 1993 por su relación con el cártel del Golfo —, quien fue asesinado de dos tiros en la cabeza el pasado 2 de julio
Una de las hipótesis planteadas por la PGR durante la investigación de este asesinato es que Oziel Cárdenas pudo haber ordenado el crimen con el objetivo de quedarse como único operador de la plaza
Gómez Herrera se convirtió en el principal capo de la droga en Tamaulipas cuando fue capturado Juan García Abrego En junio de 1998, El Chava Gómez y Oziel Cárdenas fueron detenido en Matamoros y trasladados a la Ciudad de México por efectivos de la PJF Ambos fueron sometidos a un arraigo judicial
Sin embargo, los dos narcotraficantes escaparon antes de que la PGR pudiera acumular delitos en su contra De la fuga fueron señalados como responsables 10 elementos de la Fiscalía Especial para la Atención de los Delitos contra la Salud (FEADS)
Los informes de la PGR describen a Oziel Cárdenas como “misterioro y escurridizo” y, según sus antecedentes inmediatos, lo relacionan con el cártel de Juárez, particularmente con Juan José Esparragoza, El Azul, con quien se habría asociado para reactivar el narcotráfico en la faja fronteriza de Tamaulipas
El poder de Oziel
La disputa por las rutas del narcotráfico en Tamaulipas ha penetrado la delegación
estatal de la PGR El anterior delegado, el coronel Oralio Castro Aparicio, fue encarcelado en agosto último —junto con seis
colaboradores— por brindar protección a la banda que encabeza Oziel Cárdenas También se les acusa de haber asesinado, por órdenes del capo, al comandante de la PJF Jaime Rajid Gutiérrez Arreola, miembro de un grupo especial comisionado para combatir el narcotráfico
Ésta es la historia:
La madrugada del domingo 21 de marzo de 1999, el primer subcomandante de la Policía Judicial Federal en Reynosa, Jaime Rajid Gutiérrez Arriola, efectuaba un rondín de vigilancia en el paraje La Playita, en la ribera del río Bravo, acompañado de Aurelio Soto Huerta, subdelegado de averiguaciones previas y cuatro efectivos de la PJF
Los policías observaron tres camionetas Suburban estacionadas en medio de la oscuridad Rajid Gutiérrez descendió con su carabina AK-47 y, a unos 15 metros de distancia, ordenó a los ocupantes de los automóviles que bajaran para efectuar un cateo de rutina Cuando uno de ellos descendió del vehículo, el subcomandante bajó el arma e intentó cortar cartucho No le dio tiempo: el que había descendido le disparó tres tiros: uno en el pecho, otro en el hombro y uno más en el oído
Luego se desató el tiroteo Los delincuentes escaparon
Después del crimen, Soto Huerta fue detenido como copartícipe en la muerte del joven subcomandante de 25 años y el 12 de agosto fue acusado, junto con otros ocho elementos de la Procuraduría General de la República —entre ellos el delegado Oralio Castro Aparicio— de homicidio, abuso de autoridad y narcotráfico
Sin embargo, en la reconstrucción de los hechos, efectuada el 9 de julio de este año, Soto Huerta negó ser el autor del asesinato y dijo que fue Oziel Cárdenas quien disparó contra Rajid
Cuatro meses después, la PGR dio a conocer la conclusión de la investigación realizada en Tamaulipas por estos hechos En el boletín 244/99, informó que el crimen del comandante Jaime Rajid Gutiérrez no fue producto de un enfrentamiento con narcotraficantes, como quiso hacer creer la investigación original que realizó la delegación estatal, sino que fue resultado “de una discusión por cuestiones monetarias derivadas de actividades ilícitas”, en la cual estuvieron presentes los siguientes funcionarios de la PGR:Carmen Oralio Castro Aparicio, delegado estatal; Aurelio Castro Huerta, subdelegado de averiguaciones previas; Juan Antonio Contreras Domínguez El Tony, Manuel de Jesús Sordia Franco El Manolo, Andrés y José Isabel López Rivas, Gabriel Ángel Gutiérrez Portillo, Ramiro García Eugenio y el narcotraficante Oziel Cárdenas Guillén
Los agentes de la DEA
El 9 de noviembre último se suscitó un incidente en Matamoros en el que dos agentes de la DEA y un informante estuvieron a punto de ser asesinados por Oziel Cárdenas y su banda
El enfrentamiento, dado a conocer por el diario The New York Times el 24 de noviembre, se inició cuando los dos agentes de la DEA y un informante buscaban pistas que los condujeran a la localización de Oziel Guillén
Los agentes se percataron de que otros vehículos seguían a su auto, y poco después se les cerró en el camino otro coche, y entre 12 y 15 hombres —algunos fueron identificados como elementos de la Policía Ministerial de Tamaulipas—, con armas automáticas, los rodearon Los presuntos narcotraficantes reconocieron al informante y exigieron que bajara del auto El diario informó que cuando los agentes se negaron a bajar, los pistoleros les apuntaron con sus armas
En ese momento, se identificaron como agentes antinarcóticos y advirtieron a los narcos que cometerían un grave error si disparaban contra ellos Oziel Cárdenas dio la orden de retirada después de gritar: “¡Gringos, éste es mi territorio No lo pueden controlar Sálganse como el demonio de aquí!”
En entrevista con Proceso, el procurador Jorge Madrazo dijo que no tenía confirmado si los agentes amenazados de muerte pertenecían a la DEA y que este asunto aún se investiga
Eric Holder, subprocurador estadunidense de Justicia, dijo en conferencia de prensa que se reunió con el embajador de México en Estados Unidos, Federico Reyes Heroles, a quien expresó su preocupación por la forma en que fueron tratados los agentes de la DEA en México “El gobierno de México aseguró que han tomado este asunto de manera muy seria y que lo investigarían”
Se le preguntó al funcionario estadunidense si aún se negociaba con el gobierno de México el permiso para que los agentes de la DEA puedan portar armas en territorio mexicano Dijo: “Lo único que queremos es que quienes trabajen con sus contrapartes mexicanos estén seguros Queremos sentirnos seguros, aquí en Washington, de que la gente que trabaja con la DEA y el FBI puedan hacer con seguridad su trabajo en México”

Comentarios